8 de marzo Día Internacional de la Mujer
Como es habitual, El Pregón Minero en honor al Día Internacional de la Mujer, realiza entrevistas a distintas personalidades de la República Argentina ligadas al ámbito de la actividad minera y que desean dar su opinión en función de su historia de vida tanto laboral como privada, habida cuenta de las dificultades que continúa enfrentando la Mujer para realizarse fuera del ámbito familiar y más en una actividad tan tradicionalmente “masculina” como es la minera.
Es dable destacar que El Pregón Minero no considera indispensable que la Mujer tenga un día que la recuerde, sin embargo, y ante la importancia que este día reviste por la lucha incansable y muchas veces desconocida de las pioneras en la defensa de los derechos inalienables que como ser humano tiene, es que comienza su edición de hoy con tres entrevistas realizadas a mujeres que desarrollan su actividad en el campo de la minería.
Son ocho preguntas idénticas, que han tenido respuestas que no siempre son coincidentes, lo cual que manifiesta -una vez más- el grado de libertad y compromiso que la Mujer posee desde el comienzo de la historia y que sigue desarrollando de manera infatigable.
En esta ocasión, entrevistó a la Secretaria de Minería y Energía de la Provincia de Salta, Romina Sassarini; a la Licenciada en Ciencias Geológicas, Tay Such, quien también es Diplomada en Evaluación de Proyectos Mineros de Inversión; Profesora en la carrera de geología de la UNRN; Miembro del comité Asesor de WIM-Argentina; Miembro de Red de Académicos por la Minería Sustentable y Consultora independiente y a la Asesora de la Dirección de Inversiones Mineras de la Secretaría de Minería, Gladys Quiroga.
Ninguna de las tres mujeres entrevistadas realiza en la actualidad trabajos en campo, actividad que en años anteriores El Pregón Minero puso como base para el desarrollo de las entrevistas realizadas y publicadas.
Esta no fue una casualidad, se debió a la necesidad de poner de manifiesto algo que debería ser tan natural que no ameritaría ningún tipo de aclaración. No obstante, lo que ha alcanzado la mujer en todos los ámbitos de la minería que es mucho, aún sigue necesitando de estas distinciones y su justificación.
Se transcriben la entrevista realizada a Licenciada en Ciencias Goelógicas, Tay Such; Diplomada en Evaluación de Proyectos Mineros de Inversión; Profesora en la carrera de geología de la UNRN; Miembro del comité Asesor de WIM-Argentina; Miembro de Red de Académicos por la Minería Sustentable y Consultora independiente.
El Pregón Minero: Todos los años podemos decir que la participación de la mujer en la actividad minera va aumentando. Lamentablemente ese aumento es muy lento y debido a esa lentitud, se necesitarían más de tres décadas para poder alcanzar la tan mentada “igualdad de género”. ¿Por qué la inclusión es tan lenta? ¿Cómo podríamos acortar ese tiempo?
Tay Such: Nuestra industria como sabemos ha sido históricamente un sector muy masculinizado, si vemos las cifras disponibles sobre empleo minero vemos que en 2007 el sector sólo contaba con 6,4% de participación femenina. Las últimas cifras públicas de octubre 2022 muestran un crecimiento de esta participación al 10,5%. Estamos hablando de un crecimiento de 4% en casi 16 años. Sin embargo algo alentador es que el mayor crecimiento se ve en el período enero 2021-octubre 2022 que pasó de 8,5% a 10,5% esto muestra que sólo en 1 año y 10 meses se dio la mitad del crecimiento que hubo en los últimos 16 años. Creo que esto significa que, si bien aún falta mucho camino por recorrer, las velocidades de incorporación femenina se van acelerando de apoco.
Creo que son varios los factores que hicieron que la inclusión haya sido lenta, partimos desde la formación de profesionales y del desaliento de las mujeres en inscribirse en carreras de las geociencias aplicadas a nuestra industria, esto se debió al mismo sesgo que había en la contratación de mujeres, hace no mucho tiempo atrás cuando me tocó buscar trabajo, casi todos los anuncios de empleo eran condición excluyente ser de sexo masculino. Esto ahuyentó muchísimo a nuestro género en formarse en las ciencias aplicadas a la minería.
Otro factor fue la falta de políticas de derechos humanos, igualdad de género, inclusión y diversidad en las empresas y que no sólo ocurría en nuestro sector sino en muchos otros. Esto avanzó muchísimo y hoy la mayoría de las empresas cuentan con estas políticas y fundamentalmente con programas de inclusión que motivan a las mujeres a formar parte de la actividad minera
Son muchas las acciones que pueden hacerse para acelerar la reducción de esta brecha de género, desde políticas de reclutamiento más inclusivas y diversas a la promoción de la minería como una posibilidad profesional entre las estudiantes de la secundaria y entre las comunidades en general, o el apoyo a programas externos destinados a inspirar mujeres a participar en carreras relacionadas con la ciencia y la minería y de manera más general, a las mujeres en funciones de liderazgo.
Soy optimista en que la incorporación femenina irá superando cada vez más rápido las brechas de género.
EPM. ¿Qué es lo que está faltando para que no tengamos que seguir hablando de esta “brecha” en la industria minera? ¿Cómo y cuándo se llegará a naturalizar la presencia de la mujer en la industria minera y por ende ese concepto de “igualdad de género” quede olvidado entre las cosas innecesarias, sin necesidad de protocolos que la respalden?
TS: Creo que tenemos un largo camino por recorrer. El ser humano naturaliza aquello que es cotidiano y que forma parte de nuestro paisaje, aunque las mujeres sólo somos cerca del 10% de la fuerza laboral minera, ver una mujer en terreno ya no es un caso aislado, cada vez son más las mujeres que apuestan y se animan a ser parte de nuestra industria y formar parte del equipo y del entorno minero.
Hablar de igualdad de género siempre será necesario. El derecho a la igualdad de oportunidades nunca debe ser olvidado, los sesgos siempre van a existir porque tenemos sesgos conscientes e inconscientes. Los primeros son más simples de erradicar ya que las normas, las leyes y las políticas nos lo remarcarán siempre, sin embargo, debemos trabajar mucho en los sesgos inconscientes desde todo ámbito poniéndolo como eje de trabajo y de charlas abiertas cada día.
Hoy nos toca hablar de una igualdad de género “binaria” pero siempre habrá más desafíos en estos temas, debemos pensar en construir y abrir camino a la verdadera diversidad e inclusión de género y disidencias que hoy, en nuestro siglo, tenemos.
Estamos avanzando, pero nos falta mucho camino por recorrer no sólo en nuestra industria sino en nuestra sociedad toda. Necesitamos desde nuestro sector y desde nuestros hogares, ayudar a construir una sociedad que naturalice la diversidad de género que hoy forma parte de nuestra agenda de inclusión y derechos humanos.
EPM: Siempre se habla de las complicaciones que debe enfrentar la mujer para desarrollar su trabajo en los proyectos mineros: de fuerza suficiente; la maternidad y su correspondiente lactancia; las problemáticas que surgen debido a la lejanía de los lugares donde se desarrolla la actividad minera y que implica el dejar a los hijos ¿desamparados? y a la familia sin el ¿sostén? insustituible de la mamá. ¿Cómo se está trabajando para que sean menos complicadas estas u otras cuestiones para la mujer minera?
TS: No es un camino fácil, pero creo que muchas empresas han avanzado mucho en este terreno. Con respecto a la fuerza física hoy no es una barrera, la minería hoy está mucho más automatizada y las nuevas tecnologías ayudan no sólo a las mujeres sino a todo el personal a evitar los esfuerzos tremendos que antes se requerían para los trabajos en terreno.
Por otro lado, parte de las acciones que se plantean desde muchas empresas para conciliar la vida personal y profesional con la vida familiar son por ejemplo el permiso parental, los servicios de guardería, las salas de lactancia, entre otros desafíos.
Además, otro de los factores en los que se está trabajando muchísimo desde las empresas son cursos, programas y protocolos de concientización sobre discriminación y acoso sexual para todos los empleados.
Es sumamente importante que se siga trabajando sobre estos puntos clave que son pilares para generar ámbitos laborales inclusivos y con igualdad de oportunidades.
Por otro lado, es importante reconocer que la posibilidad de la inserción de la mujer en la minería no sólo depende de que se abran puertas desde las empresas sino también de lo que sucede en los hogares, donde se carga a las mujeres la responsabilidad y obligaciones del cuidado de la familia y ese es un trabajo que debemos afrontar entre todos para crear una conciencia no sólo laboral sino familiar de lo que implica que una mujer pueda crecer y ser parte no sólo de una industria como la nuestra sino en cualquier desafío profesional que desee afrontar.
EPM: Hay mujeres en todos los sectores de la actividad: empleadas administrativas, conductoras de enormes camiones, geólogas para el trabajo de campo, personal de limpieza, etc.; así como en niveles gerenciales tanto en empresas privadas como en puestos de relevancia dentro del ámbito público nacional y/o provincial (p.e. Secretarias de Minería, Presidentas de Cámaras Mineras); pero a pesar de esto, si comparamos con el personal masculino son muy pocas.
¿Qué es lo que está faltando para que puedan llegar muchas más mujeres a ocupar esos puestos ya sea de operaria o de liderazgo, decisión y/o control? ¿Es por falta de capacitación o por carencia de determinación o agallas para enfrentarse a toda una antigua cultura que hasta las ha considerado “portadoras de todos los males” con solo pisar el suelo de una mina? ¿O de ambas?
TS: Creo que la barrera de los mitos sobre la maldición de la mujer en la minería ya no la tenemos en Argentina, por lo menos no es lo que predomina o se siente y si hay serían casos muy aislados.
Sí, es cierto que, aunque es creciente la participación de la mujer, aún es difícil llegar a espacios de decisión y de operación en mina. Pero esto no sólo pasa en nuestra industria, pasa en todas las industrias, aún en aquellas con mayor cantidad de mujeres que la nuestra. Los índices son muy bajos en puestos jerárquicos y no creo que sea por falta de capacidad, creo que hay muchos factores a considerar, entre ellos los mismos sesgos que aún hoy permanecen no sólo en quienes toman la decisión de promocionarnos a puestos altos sino por los sesgos de nosotras mismas que muchas veces creemos que no vamos a poder, o que será muy duro, o que no tendremos la suficiente fuerza o capacidad que tiene un hombre. Debemos confiar en nosotras mismas, capacitarnos siempre y fundamentalmente rodearnos de personas que confíen y nos motiven a lograr nuestras metas y sueños.
En este tema también se está avanzando desde algunas empresas con programas de liderazgo femenino que ayudan a las mujeres a fortalecer la autoestima, a ser más resilientes a los cambios, a creer en una misma, a apoyar a otras mujeres y fundamentalmente a poder construir y alcanzar la superación profesional.
EPM: ¿La automatización del trabajo en mina podría ayudar a aumentar la inclusión de más mujeres?
TS: Definitivamente, hablamos de la nueva minería, la minería del siglo XXI, la irrupción acelerada de nuevas tecnologías, la automatización, junto con los procesos de digitalización, el trabajo remoto (o teletrabajo) han ayudado mucho no sólo a mujeres a sumarse sino a personas con dificultades para estar en forma presencial en los yacimientos.
Pero no sólo hablamos de automatización en esta minería del siglo XXI sino de nuevos roles en el ecosistema minero que abren muchas más puertas a la mujer para que sea parte de los grandes desafíos que nos marca el desarrollo sostenible de la industria. Esto involucra varios ejes fundamentales que se alinean con la agenda 2030 y que brinda muchísimas posibilidades de inserción de la mujer a través de múltiples áreas que se requieren para alcanzarlo. Entre otras, se destacan las áreas que van desde el desarrollo económico, social, cuidado ambiental, eficiencia operativa, seguridad y salud de los empleados, productividad e ingresos, legados y reconocimiento de marca empresa, desarrollo de talentos, innovación y tecnología, comunicación, salud, recursos humanos, programas de desarrollo productivo, infraestructura, cambio climático y economía circular ente otras... Esto es muy alentador porque las mujeres hoy ya se incorporan desde múltiples roles en la industria minera y van logrando espacio y experiencia en el sector. Esto nos marca también un cambio de paradigmas sobre nuestra actividad que para abordarlo requerirá de una visión inclusiva y diversa con miras a la capacitación constante.
EPM: En muchos otros ámbitos laborales existen diferencias sustanciales en los salarios de hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo. ¿En la actividad minera también existe esa diferencia salarial?
TS: Desconozco casos puntuales de diferencias salariales entre personas que desempeñan mismos roles y que por género reciban retribuciones diferentes en una misma empresa. Sin embargo, de existir esto es importante abordarlo desde todos los sectores que integran nuestra industria. Las brechas deben cerrarse desde todo ángulo, no sólo desde la cantidad de trabajadores en función del género, sino en igualdad de oportunidades en ser promocionados y retribuidos económicamente ante iguales condiciones y logros laborales.
EPM: ¿Por qué seguimos hablando de cupos y no de igualdad de oportunidades?
TS: Debo admitir que yo no estaba de acuerdo con el tema de los cupos...
Personalmente soy una persona que aplaude la capacidad, la experiencia y la trayectoria, y siempre creí que esos puntos deberían ser los principales valores a la hora de tomar personal. Sin embargo, en industrias como la nuestra si sólo ponemos foco en eso estaríamos creando un círculo vicioso con respecto a la falta de personal femenino, porque no aún no hay suficientes mujeres con tanta experiencia y trayectoria en la minería como los hombres, estamos en una curva de aprendizaje aún.
Muchas legislaciones provinciales, e incluso políticas de las propias empresas ya hablan de cupo mínimo femenino, esto ayuda a que si no hay mujeres capacitadas las mismas empresas para cubrir el cupo capacitarán mujeres según los puestos que requieran cubrir. Esto va creando con el tiempo una fuerza femenina capacitada, con experiencia y competitiva.
Es por ello que creo que, en el momento en el que hoy estamos, el cupo femenino mínimo ha sido un rol fundamental para el impulso de reducir la brecha de género.
Creo que el cupo ayudó mucho a tomar mujeres con poca o nada de experiencia y darles la oportunidad de adquirirla y mantenerse en la carrera del aprendizaje para poder ser competitivas.
La igualdad de oportunidades se va a ir subiendo de apoco a la actividad una vez que tengamos el camino recorrido y con una fuerza femenina competitiva no sólo en cantidad de profesionales sino en capacidad, calidad y experiencia.
Creo que, si bien nos falta mucho por recorrer, esto se está logrando de apoco y que hoy día se están brindando herramientas que son fundamentales para alcanzar la equidad, la igualdad y la visión de una fuerza laboral sin distinción de género…
EPM: El Pregón Minero cuando entrevista a mujeres que se desempeñan en la actividad minera sea cual fuere su lugar de trabajo y su puesto, pide a sus entrevistadas una reflexión que pueda ser de utilidad a aquellas que están pensando en ingresar a esta tan bien llamada “madre de industrias”. ¿Qué considera sustancial decirles para ayudarlas a decidirse?
TS: La minería del siglo XXI nos está abriendo puertas que no imaginábamos tiempo atrás, el desarrollo sostenible nos brinda un sin número de posibilidades de ser parte de una industria que sin dudas será sumamente necesaria para proveer al mundo de los minerales necesarios para combatir el cambio climático. Pensemos en que sin minería no hay energías renovables, sin minería no hay electromovilidad, y sin ello la transición energética y los objetivos para descarbonizar el planeta tendrán un horizonte cada vez más lejano.
Ser parte de esta industria es un orgullo y necesitamos hacerla cada vez más inclusiva, con responsabilidad, sin brechas de ningún tipo y con las mejores prácticas para que sea sostenible.