A pesar de la gran influencia e importancia del litio en nuestro país, el cobre se posiciona como uno de los grandes negocios a futuro de la minería local.
La naturaleza argentina ofrece en abundancia un metal que el mundo demanda y cuyo valor mundial promete duplicarse en la próxima década. En el país ya existen siete proyectos para la producción del cobre, con distintos niveles de avance, que podrían producir lo suficiente como para competir en el escenario internacional.
Al igual que el litio, el cobre es un metal imprescindible para la transición energética. Según pronósticos de las grandes transnacionales mineras, el mercado mundial del cobre se duplicará en el año 2035, pasando de 25 millones de toneladas por año a 50 millones.
Martín Pérez de Solay, CEO de la firma australiana Allkem, precisó semanas atrás un dato interesante de cara al futuro de la industria en el país: “Estados Unidos tendrá, en una década, un déficit del 60% del cobre que necesita”.
La Cámara de Empresarios Mineros (CAEM) también se sube al tren de las expectativas. Según ellos, si en la próxima década Argentina logra poner en marcha los proyectos más avanzados, podría llegar a generar exportaciones anuales que superen los 10 mil millones de dólares.
“Es cierto que el cobre es la próxima joya de la minería local. Pero hay que tener en cuenta que demanda cuatro veces más inversión que el litio, y que el desarrollo de un proyecto toma tres años, contra año y medio”, aclaró a Clarín Alejandra Cardona, directora ejecutiva de CAEM. Para graficarlo en números, un desarrollo de litio requiere entre 300 y 1.700 millones de dólares, mientras que el piso inversor para un proyecto de cobre está en los 3.000 millones. Además, necesita mayor infraestructura y hasta 3 mil personas ocupadas en el pico de producción.
Argentina produjo y exportó cobre hasta 2018. Luego, todo tipo de impulso o avance se estancó. Hoy no produce cobre en sí, pero tiene contundentes datos geológicos de su abundancia y proyectos en fase de exploración avanzada en la provincia de San Juan, Catamarca y Salta.
En resumen, el cobre se erige como un recurso de gran relevancia para el futuro de Argentina, sosteniendo una posición estratégica en la industria minera y energética. Con proyecciones prometedoras y abundantes proyectos en desarrollo, el país se encamina hacia una nueva etapa de progreso económico y oportunidades comerciales. El potencial del cobre como un pilar clave en la transición energética global y su papel en la economía nacional abren las puertas a un horizonte brillante.
Aunque el camino hacia el éxito no estará exento de desafíos y requerirá inversiones significativas, la visión optimista y la riqueza geológica de Argentina respaldan la confianza en el futuro del cobre. Con cada proyecto que avanza, se fortalece la esperanza de que el país pueda consolidarse como un protagonista clave en el mercado mundial.
De esta manera, el cobre argentino se posiciona como una valiosa oportunidad para impulsar el crecimiento y desarrollo sostenible, aprovechando sus beneficios tanto a nivel económico como en la contribución a una sociedad más comprometida con la preservación del medio ambiente. Con visión estratégica y acciones decididas, Argentina está lista para escribir un nuevo capítulo en su historia minera.
Fuente: Clarín
