Un centro del CONICET será el único en el país en producir un elemento clave para la industria del litio y la fabricación de baterías.
El centro de Química Inorgánica ultima detalles para comenzar a trabajar en la producción de flúor, un gas de gran utilidad para múltiples disciplinas pero, en particular, fundamental para uno de los últimos procesos de la obtención del hexafluorofosfato de litio, es decir, “el corazón” de las baterías de litio, encargado de aportarles los iones que originan la carga eléctrica: la eliminación del agua residual que, de no quitarse, pone en riesgo la vida útil y condiciones de seguridad de las baterías.
Agustín Spaltro, miembro de la Carrera del Personal de Apoyo (CPA) del CONICET, desarrolló en Alemania un compuesto salino capaz de contener en su interior un gran volumen de flúor inactivo, lo que facilitó su traslado internacional hasta nuestro país.
“El proceso de producción de flúor es altamente peligroso, pero relativamente sencillo si uno cuenta con la infraestructura necesaria para desarrollarlo”, apunta Spaltro.
Por su parte, especificó que fue durante “una estadía que realicé por tres meses a comienzos de 2023 en un laboratorio de la Universidad Libre de Berlín, Alemania, pude preparar algo superador que permitió traer flúor al país en condiciones de seguridad menos extremas”.
Carlos Della Védova, investigador del CONICET en ese centro de La Plata, señaló que “el CEQUINOR -Centro de Química Inorgánica- tiene como uno de sus objetivos fundamentales volver a tener química de flúor”, algo que, en su momento, se pudo producir, pero que luego fue interrumpido. También, agregó: “Hoy en día son muy pocos los países que producen flúor, por un lado por la importancia estratégica que tiene y, por otro, porque se trata de un elemento difícil, que implica un proceso muy complicado, requiere conocimiento y el manejo de cuestiones de seguridad muy estrictas, y tiene importantes implicancias medioambientales”.
El edificio del CEQUINOR cuenta con un piso completo originalmente proyectado para la producción de química del flúor y ya se está acondicionando con toda la infraestructura necesaria para su manipulación. “Para nosotros esto abre un nuevo escalón a esta química, que implica estudios fisicoquímicos, de compuestos fluorados, que hay toda una rama en la química farmacéutica que los utiliza, y de todo un campo aún inexplorado de aplicaciones. Es un eslabón muy valioso en una larga cadena de posibilidades”, destaca Della Védova para finalizar.
Gracias a este proyecto se podrá reiniciar a nivel nacional una rama química con importantes aplicaciones en, por ejemplo, la industria farmacéutica y que durante muchos años estuvo, y está, inactiva.
